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sábado, 3 de julio de 2010

Cuarto Tema (b): La Conversión

TEMAS PARA LA RENOVACION DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO




La forma más concreta como se manifiesta la fe es mediante la conversión.


Mercurio

Mercurio es el planeta más cercano al sol. Por esta razón se pensaría que su temperatura es altísima y su calor incandescente. Pero no es del todo cierto, pues la parte que es iluminada por el sol es tan caliente, como tan fría y helada la que permanece sin su luz. Sólo cuando el planeta da vuelta sobre su propio eje y vuelve la cara al sol, se calienta y se vuelve luminoso.

Hay cristianos que están muy cerca de Dios pero que permanecen fríos y en tinieblas porque no basta estar cerca de Dios, sino presentarle la cara oscura y tenebrosa para que El la ilumine y transforme. Hoy es posible dar la vuelta a Dios para experimentar el cambio total, gracias a su luz redentora. Siempre se ha dicho que la conversión es un cambio de vida, pero esto no quiere decir que se reduce a un cambio de moral. El cambio de moral es consecuencia del cambio de vida, y la conversión es mucho más profunda que un simple cambio de conducta.

Como la moneda mexicana se está devaluando más y más cada día, entonces decido convertirla en otra moneda que no se devalúe. Voy al banco y, entregando mi moneda, recibo aquella moneda que no se devalúa. La conversión consistió en que yo entregué una cosa y recibí otra a cambio.

En nuestro caso entregamos nuestra vida sin valor, tal y como está, con nuestro pecado. Es decir, entregamos una vida devaluada por las heridas del pecado, pero a cambio recibimos la Vida misma de Jesús: la única que en verdad tiene valor y que jamás se devalúa. Es una Vida que ciertamente vale la pena porque es vida de gozo, paz, justicia, entrega y fe.

La conversión no es sólo dejar el pecado para vivir honestamente. Ni siquiera es' una vida de fidelidad a los preceptos y mandatos del Señor. Es mucho más que eso. Se trata de convertirnos de siervos de Dios en amigos suyos; de pasar de justos a hijos; de "no hacer el mal a nadie" a dejar a Dios hacer lo que El quiere en nuestra vida.

El Divino Basurero

Jesús es el Divino Basurero que ha venido a barrer y a llevarse toda nuestra basura: miseria, enfermedades y pecados; tristezas y angustias; problemas y desesperación; falta de sentido a la vida y todo lo que no nos deja vivir. Todo eso es basura en tu vida, y Jesús, Basurero Divino, quiere llevárselo hoy.

"El tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades" (Mt 8,17).

El es el Divino Basurero que se lleva nuestra basura para destruirla completamente arrojándola hasta el fondo del mar:

"¿Qué Dios hay como tú que quite la iniquidad,.la rebeldía y el pecado? Tú no mantienes tu cólera por siempre, pues eres un Dios que te complaces en el amor. Tú te vuelves a compadecer siempre de nosotros y pisoteas nuestras iniquidades. Tú arrojas hasta el fondo del mar todos nuestros pecados" (Miq. 7,18-19)

Lo único que nos pide el Basurero Divino es que pongamos nuestra "basura" en su lugar: a los pies de su cruz, para que con su Sangre redentora sea destruida.

[Los que escuchan la Palabra de Salvación deben tener un tiempo suficiente y la oportunidad para poner todo su pecado a los pies de la cruz de Cristo. Un signo exterior que manifiesta la fe y la decisión personal de poner "la basura" junto a la cruz de Jesús puede ser que cada uno escriba en un papel cuál es su basura de la que Jesús va a librarlo el día de hoy. Luego, se prende una hoguera que simboliza la sangre redentora y purificadora de Cristo. Enseguida cada uno va depositando su "basura" en el fuego que, al quemarse, significa la destrucción que Cristo hace de nuestros pecados.]

El alpinista

Sin embargo, no basta entregar lo negativo y pecaminoso de nuestra vida. Es necesario también entregar todo aquello en lo que tenemos puesta nuestra esperanza de alguna forma, para esperar sólo la salvación que viene de Dios.

Un hombre escalaba una alta montaña, cuando de pronto resbaló y comenzó a caerse a un abismo. Sólo se pudo agarrar de una rama, pero quedó colgado columpiándose en el precipicio a donde tarde o temprano caería y moriría. Cuando nada ni nadie podía salvarle levantó su corazón a Dios y le retó diciendo:

- Si tú eres Dios todopoderoso, sálvame ahora.
- Sí, sí te voy a salvar, respondió la voz de Dios que venía del cielo.

El hombre se imaginó que llegarían los ángeles o que la mano de Dios le tomaría. Pero la voz del cielo añadió:

- Si tú crees en Mí, suéltate de la rama, porque sólo si te sueltas demuestras que confías en que la salvación viene de Mí y no de ti.

¿A cuántas "ramas" estamos agarrados y es por eso que no experimentamos la salvación de Dios? Si en estos momentos nos soltamos de todas esas "ramas", que no sólo no nos pueden salvar sino que nos encadenan, Dios nos librará con su poder.

Cuando Simón Pedro se hundía en las aguas del mar de Galilea pidió ayuda a Jesús. Cierto que Pedro sabía nadar perfectamente, pues era pescador, pero prefirió ser salvado por la mano de Jesús, y se abandonó plenamente a él.

Si el pecado nos había hecho romper nuestra relación con Dios, ahora que por Cristo hemos sido reconciliados con Dios hemos de romper completamente con el pecado y con todo aquello que nos acerca a él.

La fe nos lleva a renunciar a todo otro medio de salvación fuera de Jesús; despojarnos de cualquier otra "rama" que no sea la cruz de Cristo. Al hacerlo así le damos a Dios la oportunidad de intervenir salvíficamente en nuestra vida; ya que de esa manera estamos proclamando que no hay otro nombre para ser salvados: Hech 4,12.

Quemar naves

Cuando Hernán Cortés llegó con su ejército para la conquista de México desembarcó en el puerto de Veracruz. Allí tuvo conocimiento del poderoso y organizado ejército de los aztecas. Las noticias fueron tan alarmantes que algunos de sus oficiales se desanimaron y prefirieron abandonarlo en secreto, regresándose a Cuba, que ya había sido conquistada.

Hernán Cortés supo lo que tramaban hacer, y esa misma noche se acercó a los barcos y los quemó. De esta manera ya no era posible dar un paso atrás. No les quedaba otra alternativa que lanzarse a la conquista de la gran Tenochtitlan.

En nuestro caso no es suficiente decir que queremos conquistar la Nueva Vida traída por Jesús. Es necesario quemar las naves que nos conducen al pecado para jamás poder retornar a él.

Así como Dios abrió el Mar Rojo para que su pueblo lo atravesara rumbo a la tierra de libertad y lo cerró inmediatamente después que pasaron. Es necesario que Dios cierre ese mar para que jamás podamos regresar a la esclavitud del pecado. Es necesario que nosotros decidamos que jamás queremos regresar allá y quemar todos los medios que nos pudieran ayudar a retornar.

3 comentarios:

  1. Es MUY IMPORTANTE DAR EL CRÉDITO A QUIEN LO MERECE. Ustedes están publicando el extracto del contenido de un libro que alguien más trabajó, escribió y tuvo a bien crear. Es importante que hagan mención del verdadero autor de tu publicación. Al inicio o al final se coloca la leyenda "extraído del libro tal, del autor tal". De otra forma, se llama plagio o robo y entre los cristianos debemos ayudarnos unos a otros y NO saludar con sombrero ajeno.
    Yo solo he podido observar que esto sucede con todos los temas del kerigma que han publicado, pero si hay más temas literalmente "copiados y pegados" en este blog, es importante hacer mención del autor.

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